Los Muellecitos del Malecón

Todo aquel que recorra el Malecón Grau, observará unos fierros plantados por la orilla del mar, entre el club de Pacasmayo y el Muelle. ¿Qué hacen esos fierros plantados allí? Son restos de lo que en otro tiempo fueron los muelles de “embarque” de las orgullosas familias pacasmayinas. No eran muelles para naves sino para “desembarcar” los bacines. Esto era antes que la población porteña fuera dotada de agua y desagüe. Las crónicas locales dicen que estos muellecitos fueron destruídos en el año 1943 al construirse el Malecón Grau de cemento y también al dotarse de agua y desagüe a la población.
Fuentes orales nos dicen que las aristocráticas familias pacasmayinas que vivían cerca al Malecón, cada mañana al levantarse lo primero que hacían era hechar mano a la bacinilla y desfilar hacía los Muellecitos. Para las familias que vivían más lejos del malecón, la servidumbre se encargaba de esos menesteres.
También había personas que ofrecían sus servicios. El más caracterizado de estos “sevidores públicos” era un moreno que tenia por sobrenombre de “Pipo”. Este simpático personaje tenía una curiosa manera de poner tarifa a sus servicios. Lo hacía por calidad y cantidad. Para cobrar sus honorarios, usaba una varita donde tenía marcados los precios. Lo introducía en el bacín y según lo que mojaba eso cobraba. Iba de casa en casa recogiendo en su lata, algo semejante a lo que ahora hacen algunas personas recogiendo “aguas sucias” para sus chanchos.

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