La Pata de Oro y sus Patitos

Antes que el Virrey don Fernando la Crix, fundará el puerto de Pacasmayo, esta bahía estaba cubierta de muchos árboles y poblada de muchas inéas en donde vivian patos, gallaretas y otros animalitos todos muy felices, cantando, volando y saltando… También en más de una vez este resumidero de la laguna del puerto había sido refugio de los piratas.
Este resumidero antes de entrar al mar daba una vuelta y cada vez que había fuertes lluvias cambiaba de ruta. Se dice que el alcalde don Roberto Tillit, hizo un canal en línea recta desde la “Greda” hasta el mar. Esto benefició grandemente a toda la población. En cambio perjudicó a los animales que por siglos habían vivído en este lugar. Sólo de vez en cuando se aparecía la “madre” de la Acequia una pata de oro y sus patitos.
Oígamos a don Severo: “Hace tiempo una noche salí hacía la estación del ferrocarril para ver si conseguía algún “cachuelo”. Regresaba cansado, triste y con los bolsillos vacíos. Subía por los balconcillos de madera de la calle 26 de Mayo (hoy 28 de julio). Estaba cerca a la esquina de la calle Lima, cuando oí que una pata llamaba a sus crías. Seguí mi camino, al dar la vuelta a la esquina ví una hermosa pata blanca seguida de sus patitos. En esos momentos no pensé en encantos, sino en la necesidad de llenar la olla. Decidí apropiarme de la pata. Retrocedí silenciosamente y me oculté en la esquina y me hice de una estaca. En el preciso momento que asomó a la esquina, levanté la estaca para golpearla, la pata muy rápido estiró las alas y descargó sobre mi un tremendo aletazo que me derribó al suelo. Mientras me levanté la pata y sus patitos se tiraron al agua en donde desaparecieron. Corrí, tiré piedras, nada. Alguien se acercó y me dijo esa es la “madre” de la Acequia.

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