Las Chunchas Pacasmayinas

Cómo se bañaban entre los años 1900 – 1922

Se dice que por aquellos tiempos solamente los que vivían en el malecón salían directamente al mar en ropa de baño. Los que vivían en otras calles traían sus ropas para vestirse bajo el “Club Pacasmayo”.

Las damas observaban un esmerado recato en sus prendas de vestir. Usaban un vestido negro de lanilla que les cubría desde el cuello, muñecas de las manos, hasta los tobillos. Así se manifestaba la coquetería femenina, en cambio ahora se enseña todo, no se cubre nada. Usaban zapatillas, se cubrían la cabeza con un tremendo sombrero que les llegaba hasta los ojos. Salían a bañarse en grupo, se tomaban de las manos para entrar al agua hasta un lugar prudencial donde se sentaban. Cuando venía la ola se levantaban. Así se bañaban con ese sentarse y levantarse daban sus grititos propios de las damas. Ellas no braceaban en el agua, eso sólo estaba reservado para los hombres.

En cuanto a los caballeros, ellos usaban una camiseta grande con franjas que les daba un airecito de presos. Usaban un pantalón que iba hasta la mitad de la canilla.

Con esa rutina se bañaban los pacasmayinos hasta que apareció quién les daría la pauta de liberación a damas y caballeros. Esto fue allá por el mes de febrero de 1922. La gente como de costumbre fue a tomar su baño, cuando de repente aparece una dama muy campante, baja a la playa, se desviste delante de todos y se tira al agua. ¡Imagínese el profundo impacto que causaría en el público veraniego! Hubo gritos, muchos se taparon los ojos con las manos, otros volvieron las espaldas. Luego que pasó ese caso insólito, la gente se aglomeró para comentar lo que sus ojos nunca antes habían visto. Las crónicas locales no registran el nombre de la dama, quien después de terminar su baño, se vistió como si nada. La noticia se difundió por todo el pueblo. El diario “La Unión” decía: “…una mujer semi salvaje, conocida por el apodo de “chuncha” se ha bañado completamente desnuda…” Febrero de 1922.

La semilla del desnudismo fue sembrada, desde entonces el ansia de ser “chunchos” se caló hasta los huesos; ni prédicas, ni amenazas la han podido frenar. Aún los que que se quejaban en público en lo intimo eran “chunchos”. El “chunchismo” salió de la playa a las calles. Las autoridades tuvieron que intervenir, el bando municipal de 1928 decía: “prohibido que anden por las calles los bañistas con vestidos mínimos casi desnudos, afrentando e insultando de esta manera, al público…”

Cuatro años después, “La Unión” volvía a decir “hay individuos que parece que han perdido por completo, la vergüenza y el pudor. Salen desde sus casas, semi-desnudos al baño… Es necesario que las autoridades hagan algo para evitar estas escenas deshonrosas, producto de la más negra ignorancia, cuando no de una audacia incalificable y sin límites…”

Hoy en día jóvenes y ancianos caminan por las calles pacasmayinas, sin ninguna restricción, esto gracias a su precursora, la “chuncha”. Ahora podemos no sólo andar con un “taparrabo” por las calles, sino con toda libertad podemos admirar la esbelta figura de nuestras “chunchitas…”

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