El Becerro de Oro (Jequetepeque)
Hace muchísimos años a inmediaciones del Cerro “Dos Cabezas”, vivía don Manuel… Sucedió una noche de luna cuando tocaba vigilar el riego, a eso de la media noche vió pasar un hermoso becerro, creyendo que el animal sería del vecino intentó atajarlo y hacerlo regresar a su corral. Pero en cuanto el animal notó su presencia, emprendió una veloz carrera atravezando los cercos desapareció en el cerro “Dos Cabezas”. Don Manuel recién se dió cuenta que ese becerro no era un animal común, sino la buena suerte le estaba tocando su puerta. A su mente vinieron todos los relatos de sus antepasados sobre el fabuloso becerro de oro, que aparece por esos lugares. Desde ese día se preparó para atrapar al becerro. Dijo dentro de sí: “Si es el becerro de oro, la buena suerte me quiere dar ese encanto…” Tomando sus precauciones se puso a esperar la próxima luna llena. Efectivamente, apareció el becerro, don Manuel, tan luego lo vió se avalanzó sobre el animal, pero este se le escapó.
En vista de este fracaso confió el secreto a su compadre más intimo. Los dos se pusieron de acuerdo, se equiparon de todos los elementos necesarios y esperaron la próxima luna. El deseado Becerro apareció. Los dos hombres se acercaron con mucha cautela, estando a una distancia propicia el lazo se alzó para caer sobre el becerro. Con voz de ansiedad se oyó decir: “¡Jale, compadre, se nos escapa el Becerro”!Todo intento de dominar al Becerro fué inútil, el animal tenía mucha fuerza. Arrastró a los dos hombres como a lana. En la poca resistencia que hicieron, se rompió la soga y el Becerro se fué corriendo hasta llegar al cerro, llevándose un pedazo de soga al cuello. Los que han logrado verlo dicen que la soga se ha convertido en oro… Al Becerro sólo se lo ve de lejos…
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