
La Navidad es una de las festividades más importantes del mundo, pero su historia es compleja y controvertida. Desde sus orígenes en la antigüedad, la Navidad ha sido una celebración que se ha entrelazado con tradiciones paganas, ha sido objeto de controversias religiosas y políticas, y ha evolucionado de una celebración religiosa a una festividad popular y secular.
Evolución de la fecha de la Navidad
La primera mención de la navidad como una celebración data del segundo siglo, cuando en el año 129DC, Telésforo, obispo de Roma, decretó que en la “Noche Santa del Nacimiento del Señor y Salvador“, todos deberían cantar solemnemente el canto de los ángeles, pero aunque esta es una alusión bastante temprana, no hay ninguna mención de la fecha.
Hacia finales del segundo siglo, Clemente de Alejandría (150DC-215DC) escribe: “… hay quienes han determinado no sólo el año del nacimiento de nuestro Señor, sino también el día; y dicen que tuvo lugar en el año veintiocho de Augusto, y en el día veinticinco de Pachón.” El día veinticinco del mes Pachón del calendario egipcio corresponde a nuestro 20 de Mayo.
A principios del tercer siglo, Orígenes escribe “De todo el pueblo santo en las Escrituras, no se registra que nadie haya celebrado una fiesta o un gran banquete en su cumpleaños. Sólo los pecadores (como Faraón y Herodes) se alegran mucho del día en que nacieron a este mundo de abajo.” (Origen, en Levit., Hom. VIII, en Migne P.G., XII, 495). Independientemente de lo que uno pueda pensar sobre Clemente y Orígenes, o sobre sus interpretaciones teológicas, es notorio por sus escritos que durante los primeros cien años de la era cristiana, no había una clara dirección con respecto a la celebración o la fecha del nacimiento. Es decir, sabemos que la fecha no quedó registrada por Dios en las Escrituras, pero además estos registros escritos no parecen apuntar a que la fecha se haya filtrado de alguna otra forma, sino que algunos hombres de influencia no-judía están tratando de encontrar métodos para averiguarla por sus propios medios.
Ya en el tercer siglo, el historiador Sextus Julius Africanus fue el primero, del que tenemos conocimiento, en proponer una cronografía en la que concluye que Jesús fue concebido el 25 de marzo arguyendo que la creación del primer Adán y de Jesús debían coincidir en la fecha, y por lo tanto, siendo que la sabiduría de aquel tiempo determinaba la creación en una fecha específica del calendario, eso nos debería datar también la fecha de la concepción. Siguiendo esa lógica, después de un embarazo de 9 meses, concluyó que el nacimiento debió haber ocurrido el 25 de diciembre. Obviamente, esta cronografía no está basada en conocimiento personal, o transmitido por los discípulos del Señor, sino más bien en cálculos matemáticos, calendarios y teóricos sobre la coincidencia de los eventos de la creación con el nacimiento del Mesías. Esta es la primera vez que encontramos documentada la fecha del 25 de diciembre.
Sin embargo, no se puede dejar de observar que, sea por casualidad o causalidad, alrededor de esa fecha muchas culturas antiguas celebraban la saturnalia (diciembre 17-23), y otras celebraciones relacionadas al solsticio de invierno, y además que, en el año 274 d.C. el emperador Aureliano declaró ese mismo día, 25 de diciembre el festival del Sol Invictus. Aunque la evidencia de que la festividad sucedía en el mismo 25 data de mucho más tarde, esta festividad se convirtió en la principal celebración pagana, y el Sol Invictus, una deidad proveniente de siria, ahora fue adoptada como la deidad principal del Imperio Romano.
Diecisiete siglos después es imposible, para nosotros, determinar si Aureliano escogió la fecha para contrarestar a la festividad cristiana, o si los recientemente convertidos cristianos-romanos escogieron la fecha para coincidir con una festividad ya existente. Lo que sí es demostrable es que ni los judíos (como lo afirma el historiador Josefo), ni los primeros judeo-cristianos acostumbraban a celebrar el día del nacimiento de una persona (por eso no sabemos los cumpleaños de ninguno de los apóstoles ni otros líderes tempranos de la iglesia), por lo cual es muy improbable que, aún en el siglo segundo o tercero, alguien haya podido saber la fecha del nacimiento del Salvador.
La relación con Nicolás
En el tercer siglo, el pequeño poblado de Patara, en Licia, vió nacer a Nicolás de Bari, en lo que hoy conocemos como Turquía. Nicolás fue un monje que llegó a ser muy reconocido por su piedad y su caridad. No sabemos mucho más sobre él, pero si de los muchos mitos y leyendas que se tejieron sobre él en los años y siglos posteriores, entre los que se incluye que usó toda su fabulosa herencia para hacer regalos a los niños y a los pobres. Un dato que sí parece haberse preservado fue la fecha de su muerte. De allí en adelante, el 6 de diciembre fue considerado el día de San Nicolás, considerado el día de más suerte del año, un día muy buscado y esperado para casarse o hacer negocios.
Durante los siguientes siglos, la popularidad de Nicolás fue creciendo hasta llegar a ser el santo más querido en Europa. En el siglo XVIII, algunas familias neerlandesas se reunieron en Nueva York para celebrar el día de San Nicolás, su santo favorito. En neerlandés, Sint Nikolaas (San Nicolás), se sintetizaba como Sinter Klass, y fue precisamente la fonetización de esta última forma que cobró vida en el Inglés norteamericano y rápidamente se convirtió también en el personaje favorito de los niños: Santa Claus. Como hemos visto, en realidad no hay mucha relación entre San Nicolás y la navidad, pero en alguna forma, la tradición fue fusionando las dos historias en una, y aunque nadie cuestiona que el día de San Nicolás es el 6 de diciembre, casi todas sus apariciones serán en los días previos, y especialmente la noche previa al 25 de diciembre.
Con respecto a su apariencia, no hay ninguna evidencia histórica de que los colores, la carcajada o la apariencia física del hoy robusto visitante de chimeneas tenga relación con el sobrio monje licio del tercer siglo.
Cristianización de Tradiciones Medievales
Con la expansión del cristianismo en Europa, la celebración de la Navidad comenzó a absorber y transformar diversas costumbres, algunas paganas y otras culturales, integrándolas en su propio esquema ceremonial y simbólico. Un ejemplo de este sincretismo es la adopción del tronco de Yule.
El tronco de Yule, una tradición originaria del norte de Europa, especialmente en las culturas escandinavas, consistía en la quema de un gran tronco durante el solsticio de invierno. Originalmente, esta práctica tenía un significado pagano, vinculado a rituales para invocar la luz durante el período más oscuro del año. Con la cristianización de Escandinavia, esta costumbre fue gradualmente integrada en la celebración de la Navidad. En algún momento, se agregaron también dos velas al ritual. A pesar de su origen pagano, pronto se comenzó a observar la quema del tronco de Navidad, el cual comenzó a simbolizar, en el contexto cristiano, luz y calor en el nacimiento de Jesús.
Así, la cristianización de las festividades de invierno no solo incorporó y adaptó costumbres preexistentes, sino que también las reinterpretó, otorgándoles un nuevo significado en línea con las enseñanzas y la simbología cristiana.
Las Tradiciones Reformadas
La interrupción de la tradición católica por el protestantismo solo significó una mínima disrupción de las tradiciones navideñas.
Aunque el uso de árboles en las festividades de fin de año tiene larga historia entre muchas de las civilizaciones antiguas, fue en tierras germanas, donde nace lo que hoy conocemos como el árbol de navidad. Esta costumbre local se incorporó prontamente a las tradiciones de la iglesia católica romana en Alemania, y aún cuando Martín Lutero protestó muchas de de las doctrinas y prácticas de la iglesia romana, defendió vigorosamente la celebración de la navidad, la cuál él celebraba gozosamente. Lutero recibe el crédito de ser quien por primera vez le agregó velas encendidas al arbolito.
Sus compañeros protestantes tuvieron posiciones divergentes, Zuinglio se mostró contrario a la celebración, mientras que Calvino dijo que depende de la decisión de cada localidad.
Controversias en la Época Moderna Temprana
En el siglo XVII, la celebración de la Navidad enfrentó una fuerte oposición por parte de los puritanos, un grupo religioso que defendía una interpretación estricta de la Biblia que consideraba que la navidad era una fiesta pagana, inmoral y derrochadora. Con el fortalecimiento de estos grupos en Inglaterra y las colonias americanas y su creciente influencia en el poder y la política, la celebración de la Navidad fue legalmente prohibida en Inglaterra en 1647, y castigada con multa de cinco chelines para todo el que la practicara en Massachusetts, Estados Unidos, en 1659.
Resurgimiento y Cambio en el Siglo XIX
En el siglo XIX, la celebración de la Navidad experimentó un significativo renacimiento, en parte gracias al Movimiento de Oxford dentro de la Iglesia Anglicana. Este movimiento también estuvo marcado por la iniciativa de caridades especiales para los pobres y eventos musicales y de servicios especiales durante la temporada navideña.
Pero, quizá, una figura clave en la transformación de la Navidad en el siglo XIX fue Charles Dickens. A través de su obra “A Christmas Carol” (Cuento de Navidad), Dickens vinculó la adoración y el festín dentro de un contexto de reconciliación social.
Navidad del Siglo XX en adelante
División entre Observancia Religiosa y Comercialización
En el siglo XX, la Navidad comenzó a experimentar una creciente división entre su observancia religiosa y su aspecto comercial. Autores como C.S. Lewis destacaron esta dicotomía. Lewis, en particular, criticó la comercialización excesiva de la Navidad, que, según él, desviaba la atención de su significado religioso y espiritual. En su sátira “Xmas and Christmas: A Lost Chapter from Herodotus”, Lewis describió dos celebraciones concurrentes: una centrada en la actividad comercial y el consumo excesivo, y la otra en la observancia religiosa en los templos.
Debates Sobre la “Guerra Contra la Navidad”
En los Estados Unidos y otros países, la Navidad se ha visto envuelta en debates sobre la “guerra contra la Navidad”. Este término se refiere a las discusiones en torno al uso de “Navidad” frente a “fiestas” (“Happy Holidays” en lugar de “Merry Christmas”) en el lenguaje público y comercial. Algunas instituciones públicas comenzaron a cambiar el tradicional “Feliz Navidad” por “Felices Fiestas”, lo cual algunos críticos consideraron una capitulación ante la corrección política, mientras que otros lo defendían como inclusión y sensibilidad multicultural. Estas disputas a menudo se centran en cómo las instituciones gubernamentales y las empresas reconocen la Navidad en un contexto cada vez más diverso. Muchos estadounidenses que creen que los Estados Unidos es un país cristiano, o por lo menos con raíces cristianas, consideran la inclusión de otras fiestas religiosas entre las “felices fiestas” de diciembre como la pérdida de la identidad cristiana de los Estados Unidos.
Reargumentación en redes sociales
Por si no fuera suficiente, el siglo XXI ha visto proliferación de argumentistas extremos, desinformados, casi siempre errados sobre cada asunto posible del quehacer humano. Originalmente era en el ámbito político, pero muy pronto se expandió a todas las esferas, desde la salud hasta la religión, pasando por el deporte y la identidad, cualquier tema puede ser usado por los “troles” de las redes sociales para atraer comentario, discusión y la consiguiente atención gratuita que recibe el inflamador de la cuestión.
Lastimosamente estas discusiones sobre la navidad han caído en manos de estos maestros de la desinformación que ahora están creando campañas que crean discusión y división innecesaria en la sociedad. Al principio casi todos estos troles llevaban títulos de “La navidad es una fiesta pagana”, o “los verdaderos cristianos no celebran la navidad”, aunque últimamente ya salió la contraparte de los que están enviando mensajes como “7 mentiras de Satanás para que no celebres la navidad”, que dicen demostrar que Jesús sí nació el 25 de diciembre, y así por el estilo. Básicamente, los troles usan ciertos detalles históricos, los distorsionan, los sacan de contexto, los llenan de argumentos infantiles, pero inflamatorios, y luego los publican para que el público sienta la necesidad de tomar uno de los dos bandos. Lo que no comprenden los usuarios promedio que han caído en estas peleas y han tomado partido por uno de estos bandos, es que están siendo utilizados para un propósito más nefasto que es la fragmentación y el resquebrajamiento de la sociedad.
Los Datos
Fecha del nacimiento de Jesús en Belén: Desconocido. Aunque hay varias teorías y potenciales pistas, ninguna puede afirmar con 100% de seguridad que Jesús nació el 25 de diciembre, ni tampoco de que no fue en aquella fecha. Simplemente solo Dios lo sabe.
Mandamiento bíblico de celebrar el nacimiento de Jesús: No hay ningún pasaje en la Biblia que nos ordene o anime a celebrar el nacimiento de Jesús.
Mandamiento bíblico de no celebrar el nacimiento de Jesús: Tampoco hay mandamiento de no celebrar. La inferencia sobre que los pecadores Faraón y Herodes celebraron cumpleaños no tiene base sólida. Siguiendo esa lógica, se debería inferir que las iglesias no deberían tener tesoreros porque el tesorero de los discípulos traicionó al Señor.
Mandamiento bíblico sobre no juzgar ni menospreciar: Romanos 14 y 15.
Conclusión
En Romanos 14 y 15 Pablo nos ordena que cuando se presente una situación en la que un grupo considera que algo sí se puede hacer y otro grupo considera que no se debe hacer, los que creen que sí se puede hacer, que lo hagan, pero que no menosprecien al otro grupo, y los que creen que no se puede hacer que no lo hagan, pero que no juzguen a los que sí lo hacen. Entonces, si tú eres uno de los que ha llegado a la convicción de que no hay nada de malo en celebrar la navidad, celébrala, con gozo y para la gloria de Dios, pero, ten cuidado de que en tu corazón no te sientas superior a los que no creen como tú. En cambio, si eres de los que creen que la navidad está tan mezclada con raíces y costumbres paganas que no se debe celebrar, no la celebres, pero no juzgues a los que sí lo hacen, para que así tú también glorifiques a Dios.
Referencias:
The Origins of Christmas and the Date of Christ’s Birth
El tronco de Navidad
History of Christmas Tree
Lutero, Calvino, Zuinglio y la Navidad
Santa Claus
Did Charles Dickens Invent Christmas
Natal day – Enciclopedia Católica
Miscelaneos – Clemente de Alejandría