El pino del malecón

El Pino del MaleconSe veía viejo, y nunca ví a nadie regarlo, pero era un árbol grande, fuerte y majestuoso.  En las tardes nos prestaba sombra, en la noche protegía a las parejas; pero en sus arrugas, este árbol acreditaba la larga historia de nuestro pueblo.  Nos vigiló durante nuestro primer chapuzón de agua salada y quizás acarició antes que nadie las posaderas de las bellas pacasmayinas.  En las Estampas de Pacasmayo, mi padre escribió que fue plantado alli por los años 40.

Recuerdo que de muchachos jugábamos con un fenómeno que nunca supimos explicar.  Si uno hacía contacto entre un punto del árbol y un parte de la baranda del malecón recibía una leve descarga eléctrica que nos daba cosquillas.  A veces uno de nosotros se sentaba en el árbol y otro en la baranda y tocábamos a algún desprevenido que pasaba por allí, sólo para reirnos de su reacción.  Supongo que las raices del árbol, o tal vez la baranda, tocaban a algún cable subterráneo; pensándolo bien, tal vez era más peligroso de lo que nos imaginábamos, no lo sé, pero cuánto nos divertía.

Cuando regresé a Pacasmayo ví que muchas cosas habían cambiado, entre ellas, el pino del malecón ya no estaba!!!  Oh no, quién vigila a los niños ahora!  Ahora tengo que ir personalmente con mis hijos a la playa, y vigilarlos muy de cerca,  y supongo que las parejas han tenido que encontrar otro lugar.  También ví que han plantado nuevos árboles, ojalá duren para que algún día lleguen a ser tan fuertes e inteligentes como el pino del malecón y aprendan el arte de ser símbolos de Pacasmayo.