Los Pastorcitos de Navidad

En los moradores de la calle Lima de este puerto existe un ejemplar espíritu de solaridad digno de ser imitado. Se juntan para realizar exitosas fiestas llenas de calor fraternal y hacen partícipes de esa alegría a toda la comunidad.
Bajo ese espíritu de concordia don Melchor Urcia, concibió la idea de revivir la antigua costumbre de los Pastorcitos de Navidad. Esta fiesta se ha hecho en Pacasmayo una tradición. Desde su fundación cada “Nochebuena” el pueblo entero se deleita con los villancicos y la danza de los patorcitos de Navidad. Los entusiastas actores son chicos y chicas del pueblo quiénes danzan con fervor piadoso en esos días, sacando a relucir sus mejores atuendos de matizados colores y ofrecen un sin fin de villancicos al Niño Jesús, inspirados por poetas anónimos, con sonetos como el siguiente:

“Niño Manuelito

Aquí te traigo la prueba

ricos pastelitos

de la panadería de don Dominico Cueva…”

Tam, tam, tam,… retumban los tambores, anunciando la llegada de la “Nochebuena”. Los niños salen corriendo, también los adultos para tener el gozo de ver pasar a los pastorcitos que vienen por las calles danzando y cantando con dirección a la Iglesia en donde tienen sus ritos acostumbrados para esa ocasión. De allí salen para visitar todos los nacimientos levantados en la ciudad, en donde ofrecen al Niño lo mejor de su repertorio navideño. Los dueños del nacimiento obsequian a los jóvenes refrescos y algunos bocaditos propios de la navidad.
Sigue el tam, tam, tam,… de tambores, el canto la danza, el sonido de los cascabeles, todo en sí es armonía, armonía y ritmo que penetran dentro del corazón de los que, sin ser pastorcitos, seguimos con el ritmo y desde muy adentro decimos:

“Vamos pastorcitos

Vamos a Belén,

que ha nacido un niño

para nuestro bien.”

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