El Puente Fierro

El Puente Fierro aparece en la historia porteña junto con la construcción de la línea férrea en 1871, para que haga la anexión entre Pacasmayo y los otros pueblos vecinos. Este pueblo ha sido testigo de innumerables actividades comerciales, políticas y sociales de los pacasmayinos durante el siglo de existencia que ha tenido el ferrocarril.
Bajo el “puente de fierro” y por los bosquecillos de alrededor generaciones de chiquillos han formado sus pandillas para jugar la serial o la “pega”. Ha sido testigo confidencial de muchos bañistas improvisados que se lanzaban al agua en “vestido de Adán”. También ha visto a muchos orates hacer de los bosquecillos su confortable “hotel”. Lo mismo la llegada de los primeros moradores que dieron origen al P.J. “El Progreso”.
Allí han ido muchas amas de casa de escasos recursos económicos para la lavar su ropa, golpeándola fuertemente sobres las piedras para sacarle “el mugre”.
En el año 1973, aconteció algo insólito. Las fuerzas del mal se ensañaron contra el puente de fierro. El señor Luis Salaverredy, había comprado el puente y dió orden que se desarmara para venderlo como chatarra. Estaban a punto de realizar sus propósitos, cuando intervino el señor Alcalde don Gonzalo Ugás, comprendiendo el valor histórico que el puente tiene para los pacasmayinos, y haciendo suyo ese sentir, compró el puente de fierro y lo donó al pueblo porteño.
Gracias a ese noble gesto filantrópico del señor Alcalde los niños todavía pueden seguir jugando bajo el puente persiguiendo a los pecesillos.

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